La anticipación estratégica o strategic foresight en inglés, hace referencia a la habilidad para detectar cualquier posible suceso que vaya a ocurrir en un futuro próximo, antes de que este se materialice en el presente. En otras palabras, podríamos decir que realizamos acciones para “adelantarnos a los acontecimientos” y de esta forma reducir en cierto modo su imprevisibilidad.
Esta es una técnica que persigue focalizar los esfuerzos para adelantarnos a lo que todavía no ha ocurrido, que pueda afectar sensiblemente a nuestros objetivos e intereses empresariales. Busca explorar y sobrevolar el futuro para detectar posibles riesgos y oportunidades que tengamos frente a nosotros, ayudándonos a tomar decisiones, planificar y operar de forma anticipada y de esta forma cumplir con los objetivos previstos y proteger los intereses organizacionales.
La incertidumbre que caracteriza a nuestro tiempo hace que las empresas necesiten poner en marcha herramientas que les ayuden a anticiparse a estos cambios para evitar que esto afecte de forma negativa a su compañía. Como ya hemos hablado en otras ocasiones, el modelo VUCA nos habla sobre este entorno incierto y complejo que está lleno de cambios ante los cuales habrá que tener una gran capacidad de adaptación y rapidez para poder amoldarse a los retos que van surgiendo. La imprevisibilidad del futuro hace necesario que se tomen medidas para poder predecir en cierta manera eventos en un futuro próximo que puedan afectar a la empresa.
Cualquier organización puede implementar técnicas de anticipación estratégica para anticiparse a los acontecimientos futuros, incluso a nivel político. En el caso de las empresas, se puede valorar la posibilidad de la creación de un Centro de Anticipación Estratégica, que impulse la comprensión del futuro y fortalezca las bases para un planeamiento sólido y concreto que permita construir un horizonte favorable para la empresa. En este Centro se diseñarán y evaluarán los escenarios que servirán para organizar el proceso estratégico.
La anticipación estratégica puede valerse de la prospectiva, considerada como una ciencia que se basa en el estudio de los hechos pasados y presentes para establecer posibles escenarios futuros en base a una acción realizada en el presente. La prospectiva es esencial a la hora de tomar decisiones. Esta investigación es muy necesaria y cada vez adquiere más peso en las empresas que desean arrojar luz sobre la incertidumbre del futuro.
La anticipación estratégica nos ayuda a mejorar los antiguos modelos de gestión de riesgos, que utilizaban matrices clásicas y procesos lineales, con lo que, con cualquier pequeño cambio, los estudios quedaban desactualizados. Como ya hemos dicho, los cambios que estamos viviendo en los últimos tiempos cada vez se producen con más frecuencia y rapidez, por lo que debemos estar previstos ante cualquier posible giro de los acontecimientos y no usar modelos caducos y desactualizados.
Aunque el flujo de trabajo para definir las estrategias anticipatorias puede ser diferente según las necesidades de la compañía, normalmente los autores recomiendan un modelo circular y no lineal, un proceso que pueda retroalimentarse para poder ser más eficiente. Un ejemplo de un modelo a seguir para poner en práctica la anticipación estratégica es el siguiente.
- Definir un encuadre estratégico sobre el cual realizaremos el análisis
- Realizar una exploración interna de las fortalezas y debilidades de la empresa
- Realizar una exploración externa de las oportunidades y amenazas de la empresa
- Identificar posibles señales y patrones de cambio
- Realizar una proyección de posibles escenarios futuros
- Determinar cuál es el escenario futuro más favorable para la organización
- Definir las estrategias a seguir y un plan de acción
El desarrollo de las disciplinas de anticipación estratégica debe estar unido a una cultura empresarial que incorpore la curiosidad por el futuro en el día a día, y que sea capaz de aprovechar los beneficios de esta exploración de los posibles escenarios futuros para integrarlos en las acciones y tareas cotidianas. El trabajo con anticipación estratégica ayudará y propiciará el desarrollo de una cultura de visión a largo plazo y un pensamiento estratégico aplicado al futuro y a la anticipación.
Es importante la integración de esta técnica en la vida cotidiana de la organización y no solo de forma puntual, para poder integrarlo de forma total en la cultura empresarial de la empresa y que de esta forma puedan sacar el mayor provecho de esta técnica, algo muy necesario en el entorno volátil e incierto en el que nos movemos y seguiremos haciendo durante mucho tiempo.