El mundo ha evolucionado de forma radical en los últimos años, con una velocidad cada vez más acelerada y que no tiene pinta de que vaya a detenerse en un futuro. De hecho, estos cambios son cada vez más acentuados y las empresas son conscientes de ello. El proceso de globalización y digitalización que vivimos en el siglo actual trae consigo una serie de cambios que generan volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Es lo que se conoce como entorno VUCA.
Es en especial el auge del ecosistema digital lo que hace más patentes estos cambios, a los cuales las empresas deben adaptarse rápidamente si no quieren perder su posición en el mercado.
El modelo VUCA ha sido estudiado y analizado por multitud de expertos para poder ofrecer soluciones eficaces a estas empresas que se preocupan por mantenerse constantemente actualizadas y seguir siendo competitivas en su sector. Una de las herramientas más recurridas para hacer frente a este clima de incertidumbre y cambio es la metodología agile.
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¿Qué es la metodología agile?
La metodología agile proporciona rapidez y flexibilidad en el desarrollo de los proyectos. En vez de concebirlos como un todo, son troceados en partes más pequeñas, tareas que desempeñarán diferentes equipos multidisciplinares con un alto grado de motivación y autonomía. Posteriormente, estos equipos se encargarán del ensamblaje de todas estas tareas para poder lograr la consecución del proyecto final.
Esta metodología proporciona velocidad y flexibilidad al desarrollo de proyectos, pudiendo realizar entregas parciales al cliente para que este pueda monitorizar su evolución. De esta forma, se aleja de otras metodologías como la waterfall, mucho más rígida y que no deja lugar a imprevistos.
La división de los proyectos por tareas se somete a tres estados: pendiente, en proceso o terminado. El tiempo de ejecución de las tareas debería realizarse en pocas horas o no más de unos días, puesto que son tareas muy simples y concretas, y se resuelven de una en una. Las tareas más próximas a realizar estarán más definidas que las tareas que se plantean para el futuro.
Gracias a la división del trabajo de esta manera conseguimos que los imprevistos afecten solo a una parte del conjunto y no al proyecto entero, pudiendo rectificar los cambios con gran velocidad y en el menor tiempo posible. Con la colaboración entre los distintos departamentos lograremos ganar en fluidez y dinamismo, puesto que las aportaciones de todos enriquecen el resultado final.
A la hora de implementar una metodología agile deberemos profundizar en nuestras habilidades directivas y potenciar un cambio de cultura empresarial. El líder deberá saber dialogar y motivar a los diversos equipos para que puedan colaborar unidos en la consecución de las tareas. Estos equipos deben comprometerse con el modelo para poder lograr el éxito del proyecto.
Las reuniones o encuentros diarios serán necesarios para que los miembros del equipo se informen entre sí del estado y la evolución de sus tareas. El líder del proyecto podrá adquirir una visión general y derivar recursos a las partes que lo necesiten para poder completar sus tareas. Estar reuniones también fomentan el trabajo en equipo y favorecen la motivación y la implicación de los trabajadores en el grupo.
El apoyo visual es fundamental para poder visualizar de forma rápida el estado de las tareas. El uso de diversas herramientas digitales favorecerá al equipo la monitorización de la evolución de las tareas.
Ventajas de integrar la metodología agile en un entorno VUCA
Con la integración de la metodología agile lograremos:
- Tener una visión de futuro capaz de afrontar la volatilidad del mercado
- Vencer a la incertidumbre gracias al desarrollo del conocimiento y el liderazgo, y una formación y mejora continuas.
- Aportar claridad, simplicidad y sencillez ante la realización de tareas complejas.
- Ofrecer una rápida capacidad de reacción ante los imprevistos a los que se someta la empresa.
- Afrontar los cambios por parte de todos los integrantes de la organización gracias al desarrollo de valores como el esfuerzo y la perseverancia.
La transformación digital de la sociedad ha fomentado el interés y la necesidad por la metodología agile, haciéndola válida para todo tipo de sectores empresariales. Esta metodología se adapta a la perfección a los retos que plantea el entorno VUCA, haciendo que el flujo de trabajo sea más flexible y se adapte más rápidamente a los cambios que puedan surgir en el entorno para que, de esta forma, no afecten a la productividad de la compañía.