El concepto de entorno VUCA lleva ya décadas junto a nosotros, sin embargo, durante esta etapa de nueva normalidad su relevancia ha adquirido aún más peso en el mundo empresarial. Este término, introducido por primera vez por los militares norteamericanos para describir el escenario que se había creado tras el fin de la Guerra Fría, se trasladó años después al ámbito empresarial, donde los efectos de la era tecnológica han afectado a la planificación de las empresas, incluyéndolas en un ámbito poco predecible y aparentemente hostil.
Los entornos VUCA se caracterizan por ser volátiles, inciertos, complejos y ambiguos, características muy representativas del periodo que nos está tocando vivir. Por ello, deberemos adaptar nuestro modelo de trabajo para poder afrontar todos los retos que nos presenta esta nueva era que deja tras de sí el coronavirus.
Una gran parte de los líderes empresariales nacieron en un mundo con certezas, en los cuales era relativamente fácil prever determinados acontecimientos a corto-medio plazo. De esto hace ya un par de décadas al menos, pero con los cambios históricos surgidos en términos demográficos, sociales, económicos y un largo etcétera, acelerados por la incipiente globalización y el asentamiento de la era tecnológica han provocado que se haga necesaria una transformación en la estructura socioeconómica global.
Los empresarios que ya hayan adaptado su modelo de negocio a estas circunstancias con anterioridad a la crisis actual habrán visto ligeramente minimizado los efectos que esta ha dejado. Sin embargo, la gran mayoría del tejido empresarial se ha visto afectado por esta crisis imprevista que ha provocado el cierre de un gran número de negocios.
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Como enfrentarse a la nueva normalidad siguiendo el modelo VUCA
El reto al que se enfrentan todas las empresas es a superar las contingencias derivadas de esta crisis sanitaria y económica, apoyándonos en el desarrollo de diferentes habilidades y aptitudes y contando con los instrumentos necesarios para salir a flote.
El desarrollo de las soft skills o habilidades blandas implica potenciar las habilidades sociales, comunicativas, rasgos de la personalidad, atributos profesionales o la inteligencia emocional. Con estas habilidades, las personas son capaces de desenvolverse en su entorno profesional y rendir de forma adecuada, aportando un plus de valor a la organización.
Algunas de las soft skills que podemos impulsar para enfrentarnos a la nueva normalidad son:
- Un enfoque colaborativo del trabajo.
- Aprendizaje constante y ágil.
- Ganar velocidad para gestionar de forma más rápida los cambios.
- Una comunicación constante y clara.
Es importante que tanto empleados como líderes estén educados en el desarrollo de las soft skills. Es en especial el papel del líder el más fundamental para dirigir el negocio a través de estas etapas de crisis e incertidumbre.
La potenciación de las habilidades tecnológicas es otro de los factores a tener en cuenta en el día a día de una empresa. El auge de las nuevas tecnologías ha causado una situación de incertidumbre, ya que los cambios son cada vez más rápidos y frecuentes. Es por ello que es esencial apostar por una formación digital para que todos los recursos humanos de la organización puedan desempeñar su trabajo de la mejor manera posible, y que de esta forma la empresa siga siendo competitiva. El departamento de RRHH deberá tener en cuenta estas aptitudes a la hora de realizar la gestión del talento y la contratación de nuevos candidatos.
La nueva normalidad ha exigido que multitud de empresas aceleren su digitalización para poder seguir manteniendo su posición en el mercado. La era post-Covid ha traído consigo numerosos cambios en cuanto a los comportamientos del consumidor. Uno de los más importantes es el de la consolidación de las compras on-line para reducir el contacto físico en la tienda y así protegerse del patógeno. El mundo del e-commerce, si ya era imprescindible antes de esta crisis, ahora es todavía más necesario para poder seguir conectando con nuestro público objetivo y salvaguardar las ventas.
El desarrollo de nuevos modelos de negocio que se adapten a la situación actual también es imprescindible para poder seguir funcionando como empresa. Durante esta nueva normalidad se ha incrementado el servicio a domicilio por parte del sector de la hostelería, uno de los más perjudicados por la crisis del coronavirus. La adopción de medidas rápidas y eficaces les ha ayudado a poder adaptarse a estos nuevos cambios para poder seguir manteniendo su competitividad en el sector. Aquellas empresas que no hayan podido moldearse a esta volatilidad del mercado se habrán visto gravemente afectadas, pero siempre están a tiempo de apostar por un desarrollo de sus habilidades digitales y adaptarse a estos nuevos tiempos, que todavía traerán consigo muchos más cambios a lo largo de los años venideros.